Las farolas del paseo de la Concha se visten de gala para aprovechar mejor su luz. Empleando recursos existentes de alumbrado público y añadiendo un mínimo de equipamiento, conseguimos una iluminación festiva que es sostenible tanto en términos medioambientales como económicos.
31 conchas se posan sobre las farolas en primera línea del paseo, consiguiendo una luz con tonalidad ligeramente anaranjada que inspira una atmósfera especial en coherencia con la actual imagen nocturna de la ciudad. Diseñamos un reflector con estética festiva que además redirecciona la luz hacia el paseo, evitando la dispersión de la iluminación y la contaminación lumínica hacia el cielo.
Parte del proyecto Winter Solstice Call, dentro del programa cultural de San Sebastián 2016, Capital Europea de la Cultura.
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Gorka Bravo